El recorrido Blue Course del Congressional Country Club será el escenario desde este jueves al domingo del Abierto de los Estados Unidos, segundo 'major' de la temporada y en el que los jugadores locales quieren recuperar su sitio en el panorama mundial ante la pujanza del golf europeo y del resto del mundo.
Hace más de un año que los estadounidenses conquistaron su último 'grande' después de haber vivido una época donde eran los grandes dominadores. El zurdo Phil Mickelson se enfundó la 'chaqueta verde', pero desde entonces no han vuelto a saborear un gran éxito, perdiendo incluso la Ryder Cup del año pasado.
El norirlandés Graeme McDowell se impuso en la pasada edición, el sudafricano Louis Oosthuizen y su compatriota Charl Schwartzel lo hicieron en el 'British' y el Masters 2011, y el alemán Martin Kaymer se llevó el premio del Campeonato de la PGA, frustrando a los americanos, poseedores de un poderoso circuito, pero que ahora no logran brillar en los 'Grand Slam'.
Además, los Estados Unidos han perdido a su gran referencia, Tiger Woods, ganador de 14 'majors,' pero que no ha vuelto a ganar desde su problema de tinte privado y que tampoco podrá acabar con su sequía en Maryland debido a una lesión de rodilla que le impedirá participar dejando los galones a Mickelson, que tampoco lleva un año brillante, y a Steve Stricker, que en 2011 ha ganado el Memorial.
Europa opondrá a sus mejores piezas, lideradas por el inglés Luke Donald, que está firmando una sensacional campaña, coronada con las victorias en el WGC-Accenture Match-Play y el BMW PGA Championship, que le han llevado a ser el tercer número uno en apenas siete meses.
Donald no tiene un 'grande' y ganarlo daría el respeto que buscan los estadounidenses para el mejor del ranking. Junto a él, el siempre sólido Lee Westwood, que tampoco tiene un 'major', y el joven Martin Kaymer, sin 'presión' en este sentido por su victoria del año pasado en el Campeonato de la PGA. Los tres jugarán juntos las dos primeras jornadas para hacer el asunto más atractivo.
Además, tampoco habrá que olvidar al defensor del título, Graeme McDowell, y a su compatriota Rory McIlroy, que querrá desquitarse de lo sucedido en Augusta donde vivió un 'infierno' en la jornada final cuando tenía muchas opciones de victoria.
En cuanto a los españoles, en este US Open estarán Álvaro Quirós, Miguel Ángel Jiménez y Sergio García, que también jugarán juntos. De todos ellos destaca el gaditano, que está en una línea positiva como demostró en el The Players Championship y ya se ha quitado la presión tras estar a buen nivel en un 'grande' como el Masters, que llegó a coliderar Su pegada debería ayudarle en este campo, aunque para ello tiene que solucionar sus problemas con el 'driver'.
Menos opciones parecen tener el veterano jugador malagueño, del que , de todos modos, siempre se puede esperar lo mejor, aunque el campo no le viene bien, y del castellonense, clasificado desde una previa hace una semana en Memphis, no acaba de ser regular, y alterna buenas jornadas, con malos fines de semanas, algo que tendrá que evitar si quiere pelear por los puestos altos.
Además, tampoco hay que olvidar a los sudafricanos, entre los que está Ernie Els, ganador en este escenario en 1997, a los asiáticos como KJ Choi, campeón del TPC hace unos meses o a los australianos como Adam Scott o Jason Day.
Sin embargo, todos ellos tendrán que lidiar con un campo que se presenta amenazante como el Blue Course del Congressional Country Club, un recorrido exigente que no perdona la irregularidad y que acoge su tercer Abierto de los Estados Unidos tras los de 1964 (Ken Venturi) y el mencionado de 1997.
En este último, Els ganó con un total de -4, y solo el ganado, el escocés Colin Montgomerie y el americano Tom Lehman lograron bajar del par, y este año se espera que suceda algo similar o incluso peor, aunque los organizadores han dejado el par de este inmenso campo para 'pegadores' en 71.
FUENTE - http://motor.terra.es
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