El cántabro lleva dos días sedado y bajo vigilancia constante, y sus más allegados hablan incluso de un final inminente
El Club de Golf de El Prat, donde se disputa el Open de España, se despertó conmocionado ayer con la noticia del empeoramiento de Seve Ballesteros. Según informó la familia del cántabro a través de su página web, el estado neurológico del golfista sufrió un «empeoramiento severo. Se encuentra sedado, con sus constantes vitales vigiladas».
El primer shock fue para José María Olazabal, su gran amigo, que no pudo reprimir las lágrimas. Apenas pudo articular palabra. La emoción era evidente. Lo mismo que Miguel Ángel Jiménez y todos aquellos que conocen al maestro y que saben de su lucha contra un partido que parece que al final no podrá ganar. Sus más allegados hablan incluso de un final inminente.
Colin Montgomerie, que tantos momentos de gloria y de sano enfrentamiento ha compartido con el español, fue el único que hizo declaraciones. «Seve nos envió un vídeo el pasado mes de enero durante la disputa del Royal Trophy, el último invento del genio. Fue muy emotivo. En él se excusaba por su ausencia y nos animaba a los europeos a conquistar la Copa. Me sentí muy triste, porque en sus ojos pude ver que estaba cerca su final», manifestó.
Burló la muerte cuatro veces
Ballesteros se recuperó después de cuatro intervenciones a vida o muerte, de dos tumores cerebrales que le fueron descubiertos después de que ingresara en el Hospital Universitario La Paz en la tarde del 6 de octubre de 2008, tras sufrir sendos desvanecimientos en el aeropuerto de Barajas y en un restaurante de la capital. Los doctores Isla y Pérez Álvarez, que dirigen el servicio de neurología del centro, fueron muy claros en su diagnóstico acerca de la enfermedad: tras las pruebas efectuadas, el enfermo presentaba dos tumores malignos, del tamaño de dos pelotas de golf, alojados en el cerebro.
Ballesteros permaneció 72 días ingresado. Fue intervenido en cuatro ocasiones. Además de extirparle los tumores, se le trató de eliminar un edema y el 2 de diciembre se le realizó una derivación ventrículo-peritoneal. El 19 de diciembre, Ballesteros ya durmió en su domicilio de Pedreña, después de un breve periodo de estancia en Madrid para proseguir con el tratamiento médico ambulatorio prescrito tras el alta médica.
Su primera aparición ante el mundo fue el junio de 2009, cuando volvió a jurar bandera durante el Desfile de las Fuerzas Armadas celebrado en su tierra natal, Cantabria. Allí el Rey felicitó al maestro del golf con estas palabras. «Eres un ejemplo, Severiano». Sólo habían pasado 8 meses desde que fue operado en Madrid. Días después viajó a Madrid para presentar su Fundación Seve Ballesteros, uno de cuyos objetivos es ayudar en las investigaciones contra el cáncer. Desde entonces, Ballesteros se ha sometido a continuados ciclos de quimioterapia, y posteriormente de radioterapia. También recibió diversas terapias de reeducación, puesto que el deportista perdió gran parte de la sensibilidad y coordinación motriz en el miembro superior izquierdo, la pierna izquierda y vista en el ojo izquierdo, y padecía dificultades en el habla.
El golfista perfecto
Seve es el golfista que más ha influido en la versión moderna de este deporte. Cambió el concepto y el espíritu de la Ryder Cup y el golf ha llegado a ser popular gracias a sus imaginativas iniciativas como golpear una bola en pleno Paseo de la Castellana madrileña para dejarla en el círculo central del Bernabéu. Lee Treviño dijo de él: «Es toque, poder, saber, coraje y carisma, en el green y fuera de él». En su golf se juntaban la elegancia de Ben Hogan, la habilidad y la fuerza de Sam Snead, la potencia y la agresividad de Arnold Palmer, la tenacidad de Gary Player, la técnica de Jack Nicklaus y la frialdad de Tom Watson. Su gran amigo y compañero de tantas y tantas Ryder Cup, José María Olazabal, no tiene ninguna duda de la aportación de Seve a este mundo: «Es la propia esencia del golf europeo y es triste que las nuevas generaciones nunca le hayan visto jugar. No llegarán a entenderlo. Él fue toda mi inspiración, lo he dicho más de una vez y lo seguiré diciendo. Él ha sido un verdadero maestro. Su determinación y seguridad en el campo son un ejemplo a seguir. Quizá Tiger pueda igualársele, pero ese carisma que él tenía y que nos empujaba a todos ya no volverá», dijo en cierta ocasión.
FUENTE - http://www.elcorreo.com
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