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Pasaron dos meses y medio desde el 12 de mayo, la última vez que se vio a Woods en un campo de golf luchando por dinero y puntos. «Me siento grandioso, quiero ganar. Y por eso estoy aquí», dijo con confianza el estadounidense tras una vuelta de práctica previa al torneo. Y si el juego no lo acompaña, su aura se mantiene intacta: más de 400 periodistas se dedicaron estos días a seguirlo.
«No siento nada negativo, ningún dolor. Todo está estable, y esa es una gran sensación», aseguró. Los médicos le dieron a Woods, afectado desde hace años por problemas en la rodilla y el tendón de Aquiles, permiso para jugar el que es el ensayo general para el PGA Championship, que marcará en Johns Creek (Georgia) el último grande de la temporada.
«El mero hecho de intentar ganar un torneo, de ser parte del asunto con la posibilidad de una victoria, gane o pierda, eso es para mí lo que motiva», jura Woods, que en Akron se presentará con su nuevo-viejo cadi, Byron Bell.
Estrena cadi
El estadounidense se desprendió el 20 de julio de su eterno acompañante, el neozelandés Steve Williams, tras 13 años juntos. Fue el final de un muy exitoso trabajo conjunto, que abarcó 13 de los 14 grandes que desde 1999 ganó Woods. «Voy a probar esta semana, y espero seguir en las próximas, con Byron», dijo Woods, al que lo une una larga amistad con Bell: al fin y al cabo el cadi llevó la bolsa de la megaestrella varias veces entre 1996 y 1999.
La forma de Woods es una incógnita, ya que no entrenó mucho con su instructor de swing, Sean Foley, desde que el 12 de mayo abandonó en el Players Championship de Florida tras nueve hoyos debido a problemas en una rodilla y el tendón de Aquiles.
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