BETHESDA, Estados Unidos, Jun. 14, 2011.- Lo que comenzó como una anomalía se ha convertido en una tendencia preocupante para el golf estadounidense: sus golfistas no pueden ganar torneos majors.
A mediados del año pasado, Graeme McDowell se convirtió en el primer europeo en 40 años en coronarse en el U.S. Open, en Pebble Beach. Lo más inusitado fue que esa edición representó la primera vez en más de 100 años en que ningún estadounidense se ubicó entre los primeros tres lugares del certamen.
Pero la mala racha apenas comenzaba.
No hubo estadounidenses entre los tres primeros del Abierto Británico un mes después, en St. Andrews. Y por primera vez en la historia del Masters de Augusta, los jugadores extranjeros ocuparon los tres primeros sitios.
¿Está en decadencia el golf estadounidense?
"¿Me están preguntando eso porque soy el estadounidense mejor ubicado en el ranking?", inquirió Steve Stricker el martes.
Hace cinco años, Stricker, de 44, no estaba siquiera entre los lugares que otorgan un boleto automático para la mayoría de los torneos de la Gira de la PGA. Hace dos semanas, ganó el Memorial y ascendió al cuarto lugar del mundo, con lo que se colocó como el mejor estadounidense.
Está todavía muy rezagado respecto de un par de ingleses, Luke Donald y Lee Westwood, así como del alemán Martin Kaymer.
Pero el escalafón mundial no lo es todo.
Los estadounidenses nunca han dejado pasar más de cuatro majors sin ganar al menos uno y el U.S. Open representaría su mejor oportunidad para evitar una sequía sin precedentes desde 1934, cuando comenzó la configuración actual de los torneos del Grand Slam.
"Creo que este torneo será muy revelador", dijo Stricker. "Si un estadounidense puede ganar aquí, quizás podamos recuperar algo de impulso. Cada semana y en cada major, la situación parece favorecer a los europeos. Será muy interesante ver qué ocurre esta semana. Creo que en cierto modo estamos contra las cuerdas. Todos lo ven y todos hablan de esto".
Justo detrás de Stricker en el ranking está Phil Mickelson, el último estadounidense que ganó un major cuando venció a Westwood en el Masters del año pasado. Mickelson cumple 41 años el jueves, pero piensa que le quedan varias temporadas de buen golf y varios majors por disputar.
Aun así, Mickelson ha dedicado mucho tiempo en fechas recientes a trabajar con golfistas jóvenes, principalmente para duelos de las copas Ryder y Presidents, pero también con el objetivo de tenerlos listos para los majors. Quizás alguno de ellos pueda destacarse en el U.S. Open.
Claro que en los últimos diez años, éste ha sido el torneo grande menos favorable para los estadounidenses: sólo lo ganaron cuatro veces desde 2001 y Tiger Woods logró dos de esos títulos. Woods ni siquiera estará en el Congressional esta semana, por una quemadura en una pierna.
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